Por Manuel Alzina*
Una CTA unida para seguir avanzando
La Ciudad de Buenos Aires vive en estos días un panorama por lo menos conflictivo. El Jefe de Gobierno, promesa blanca en declive del neoliberalismo argentino, ya no sabe como disimular el fracaso de su proyecto político. A poco de cumplirse 3 años de su gestión y con el juicio por las escuchas telefónicas ilegales y la comisión investigadora de la Legislatura en sus espaldas, comienza a definirse el desenlace lógico de su antipopular Gobierno. Lo dijimos cuando salimos a la calle en 2008 (quería despedir a 2400 trabajadores y acuñamos aquella efectiva consigna: Macri,la Ciudad no es tu empresa ) mientras en el país se avanzaba, no estábamos dispuestos a retroceder en la Ciudad. Ni un paso atrás en nuestras conquistas.
También dijimos que Macri quería restaurar el neoliberalismo en la Ciudad para luego usarlo como trampolín para ser presidente y que había que construir un proyecto de ciudad inclusivo para disputar con su modelo de ciudad excluyente y lograr imponer otro diametralmente opuesto. Para no retroceder y para avanzar con un proyecto de Ciudad inclusivo coincidimos en la Central que era necesario construir una gran fuerza social que permita parar al PRO y desenmascararlo ante la sociedad.
Debíamos para eso ser generosos e inteligentes y salir a convocar a los porteños con amplitud y unidad ya que el enemigo era claro. A medida que el macrismo quiso avanzar en el desmantelamiento del Estado y en la aplicación de las viejas recetas neoliberales dicho objetivo se fue dando parcialmente. Quiso despedir a miles de trabajadores, avanzo fuertemente contra la comunidad educativa recortando fondos para becas estudiantiles, la estructura edilicia sumado a la falta de luz y gas en las escuelas, la negativa a recomponer el salario docente, el intento de cerrar hospitales públicos, el recorte de programas de niñez, cultura en los barrios así como el congelamiento de fondos para las cooperativas de vivienda y el cierre de programas sociales. Ante cada intento de avance fuimos encontrando desde nuestra CTA Capital y el campo popular las respuestas unitarias que en muchos casos lograron que el macrismo tenga que retroceder.
La máxima de expresión de esa acumulación social fue la Multisectorial impulsada desde nuestra Organización en conjunto con los compañeros de otras organizaciones sociales y los compañeros de UTE y varios sectores ATE. La CTA Capital logro aglutinar a cientos de organizaciones y como un solo puño golpear en la calle y resistir las embestidas del Gobierno porteño. Luego de las escuchas ilegales que se llevaron puestos a diferentes funcionarios, del intento fallido de imponer a Palacio y algunos de sus secuaces al frente de la Policía Porteña, de fracasar en su intento de designar a Posse en educación, de faltar a sus promesas de campaña como construir varios Km. de subte por año (quienes mejor que lo compañeros del Subte para de denunciarlo) y bajar la mortalidad infantil (único distrito en el país donde aumenta).
Macri parece haber entrado en un laberinto del cual no le enseñaron a salir en su exclusivo Colegio Newman. Jaqueado por su incapacidad se acerca al basurero de la historia.
Ante esta realidad no podemos darnos el lujo de privilegiar los matices y miradas sobre la realidad nacional por sobre la oportunidad histórica de construir un CTA Capital capaz de ayudar a crear la condiciones para que haya otro proyecto de Ciudad en el 2011. Ser capaces de reconocer que desde el 2003 en la Argentina nuestros compatriotas están mucho mejor, con mas trabajo, educación, salud, con asignación por hijo, trabajo por medio de cooperativas, con mas derechos humanos y menos impunidad, con Ley de Medios.
También la recuperación del sistema previsional y paritarias libres es la única garantía que tenemos de no ser neutrales ante los embates de la derecha y para poder avanzar sobre lo que falta con más fuerza. Tener la humildad de reconocer que el gobierno Nacional hizo muchas de las cosas por las que nosotros venimos luchando hace tantos años no es perder autonomía. Todo lo contrario, es fortalecerla para ir por más, asumir el enemigo con claridad y recuperar la Ciudad para integrarla a nuestro país que cambia a la par de Latinoamérica.
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